Cambiar de carrera o de trabajo supone un esfuerzo muy grande para algunas personas. Sobre todo, porque su mayor presión es el tiempo que han dedicado a construir una.
La insatisfacción con la carrera profesional puede surgir de manera espontánea o ser el resultado del estrés y la carga laboral, no tiene una fecha exacta y esa es una de las razones por las cuáles muchas personas se quedan en trabajos que los hacen profundamente infelices. Sienten que ya no tienen tiempo para volver a empezar o va a ser un proceso muy largo y difícil.
Cambiar de carrera también puede significar, en algunos casos un retroceso o un movimiento horizontal que pareciera ser hacia atrás. Otro punto débil de estos cambios es que generalmente al consultar con amigos o familia sobre esta decisión se muestran muy reacios a apoyarlo, no comprenden realmente las razones que impulsan a alguien a querer cambiar de carrera y aconsejan quedarse y esperar que todo se solucione.
Estar cansado es la primera señal, obviamente es normal sentir cansancio después de un mes de trabajo cargado o una semana pesada, pero a este punto ya estás harto de todo y quieres simplemente quedarte en casa, no encender el computador y dejar que todo pase, pero tu sentido de la responsabilidad es más fuerte y te obligas a continuar en esa rutina que te está robando la felicidad.
Sentir que no eres lo suficientemente inteligente o que no tienes la preparación necesaria para el cargo que estás desempeñando, estas dudas pueden surgir al principio de la carrera o de un trabajo cuando te enfrentas a los retos nuevos, pero si ya ha pasado mucho tiempo y no recuerdas cuándo fue la última vez que te sentiste realmente útil en tu trabajo, es hora de hacer un cambio.
El factor económico es una de las razones por las que trabajamos, determina el estilo de vida y las metas por cumplir, pero no es todo. Por debajo del dinero hay emociones, sueños, metas, retos que quieres vivir, es una parte de los profesionales que a menudo se adormece y se ancla en lo profundo. Trabaja para hacer dinero, ¡sí! Pero hazlo también para encontrar felicidad y satisfacción contigo mismo.
Cuando estamos desmotivados en el trabajo tendemos a hacer las tareas en piloto automático, dejamos de poner atención en los detalles y nos importa poco o nada si las cosas no salen bien. Esto no solo afecta tu salud mental sino también el ambiente laboral, los procesos se atrasan, los líderes se impacientan y los clientes desesperan. Piensa bien si es justo traer todo ese caos a tu entorno.
Recuerdas tus días de universidad o de instituto y desconoces a la persona que eres hoy. Atrás quedaron esos proyectos y esos sueños y te ves estancado en una rutina absorbente. Eres un autómata sin emociones que olvidó por completo la pasión por la profesión. Es momento de hacer una pausa y volver a empezar.
El cambio de trabajo puede ser más retador para las personas adultas, que a menudo se encuentran con obstáculos en los procesos de contratación debido a la edad. Esto no solo puede agudizar los niveles de insatisfacción, también puede originar problemas en el ambiente laboral, por eso es importante hacer caso a estas señales cuando todavía tenemos la oportunidad de hacer un cambio y buscar siempre un equilibrio entre la vida laboral y familiar.
Es indispensable conocer nuestro cuerpo y nuestras emociones, estar dispuestos a enfrentar el miedo a lo nuevo, respirar y dar el salto. Disfruta cada parte del proceso y enfócate en lo positivo de esos cambios, si es hora de una renovación, tu eres la única persona que puede hacer que sea exitosa.